El descubrimiento de esta práctica la hizo un monje japonés llamado Mikao Usui, durante un retiro espiritual a mediados del siglo XIX.

Lo que conocemos en Occidente como Reiki es resultado de la sistematización y el siguiente desarrollo que los aprendices del Sensei  Mikao Usui hizo de las técnicas que este les enseñó.

 En 1922 Usui fundó “Usui Reiki Ryoho Gakkai”, una organización en Tokio. Esta institución vigila la práctica y las enseñanzas del Reiki. Usui fue el primer presidente de la Gakkai (organización) y su título era el de Sensei (profesor en japonés).

Después del devastador terremoto ocurrido en 1923, gran cantidad de personas en Tokio quedó gravemente herida, Mikao Usui Llevó el Reiki a la devastada ciudad y utilizó su técnica con los supervivientes.

En febrero de 1925, Usui construyó una nueva clínica fuera de Tokio, en Nakano. Su fama comenzó a extenderse por por todo el Japón y empezó a recibir invitaciones para dar cursos en ciudades y poblaciones alejadas.

Se dice que inició a más de dos mil reikianos, asi como también a 21 personas en el nivel superior o shinpiden, entre los que se encuentra el almirante Chujiro Hayashi, quien se separó de la organización para fundar la “Hayashi Reiki kenkyukai”.

Hayashi transmitió todos sus conocimientos a su estudiante Hawayo Takata, incluso viajó con ella a Hawai en 1938, donde se dedicaron a sanar enfermos y difundir el método Reiki.

Antes de que Hayashi muriera en Japón nombró a Takata Gran Maestra, encomendándole continuar la tradición, nombrar a otros maestros y velar por la integridad de sus enseñanzas.

Takata introdujo el Reiki en Occidente.