Muchos padres recurren a un tratamiento de Reiki para sus hijos cuando tienen problemas de hiperactividad, timidez, pesadillas, insomnio, depresión ó porque han atravesado por situaciones familiares que les producen angustia, como la separación de sus padres, por ejemplo.
Reiki también ayuda a los niños que son muy tranquilos a ser más receptivos, puesto que esta energía agudiza los sentidos y logra que la persona tenga una percepción distinta de la vida. Además, es muy útil para los pequeños que tienen dificultades para concentrarse.
Cuando se trata de bebés o de niños de corta edad es necesario adaptar las sesiones de acuerdo a su capacidad para quedarse quietos mientras se les imponen las manos. Es mejor que estén dormidos, para que estén más relajados.
En el caso de los bebés notarán mucha mejoría los que sufran cólico del lactante, inicio de dentición, otitis, trastornos de sueño, etc.
Las sesiones de Reiki para niños tienen una duración de 20 a 30 minutos
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